El mercado de la cosmética natural y ecológica se encuentra desde hace unos años en pleno auge. En un informe reciente, la empresa de estudios de mercado Ainiaforward sostenía que los consumidores valoran un 15% más los productos de etiqueta “sostenible”. Se trata de una tendencia en crecimiento, y las previsiones no pueden ser mejores: se espera que la venta de este tipo de productos en 2020 se dupliquen. Pero, ¿cuáles son los beneficios de lo natural? ¿Y qué es lo que buscan los consumidores?
Evolución de la cosmética natural
Hasta hace una década, la mayoría de cosméticos que se comercializaban como naturales estaban compuestos principalmente por ingredientes sintéticos. No existía un consenso para catalogar los productos cosméticos en base a su origen, con lo que el uso del término “natural” simplemente signficaba que alguno de los ingredientes lo era. Sin embargo, en los últimos años la mentalidad de muchos clientes ha cambiado: se leen mucho más las etiquetas, y se suelen buscar productos sostenibles con el medio ambiente y totalmente ecológicos, con la creencia de que son menos nocivos. Pero…
¿Son los cosméticos naturales menos nocivos?
No necesariamente. El Reglamento de Cosméticos estipula que tienen que ser seguros, independientemente de los ingredientes que componen un producto. Siguiendo esta lógica, el término natural o ecológico no significa que se trate de productos inocuos, simplemente nos da información sobre el origen de sus ingredientes. Para determinar si un cosmético puede causar irritación en la piel, hay que conocer la lista de ingredientes y comprobar esa selección, sean o no de origen natural.
Actualmente las empresas de cosmética natural, atentas a las peticiones de sus clientes, tienden a utilizar el menor número de ingredientes posibles ya que así se reducen las posibilidades de una reacción dañina de un uso cosmético. Sin embargo, será la selección de los ingredientes la que nos marcará el nivel de inocuidad o toxicidad del producto, y no su origen natural o el número de ingredientes.
Recuerde: La selección de los ingredientes es la que marca el nivel de inocuidad o toxicidad de un cosmético, y no su origen natural o el número de ingredientes
Un producto ecológico integral
Los retos de las empresas de cosmética natural no son sólo encontrar materias primas de origen natural de calidad. En primer lugar, uno de los pasos más importantes es conseguir la certificación ecológica. A día de hoy, existe un gran número de entidades privadas que se encargan de hacer este tipo de certificaciones: en España, la Asociación Vida Sana certifica las plantaciones de agricultura ecológica y tiene 3 sellos de calificación para los cosméticos bio. A nivel europeo existe el sello COSMOS. En Reino Unido tienen el sello de la Soil Association, en Alemania el sello BDIH, y en Francia COSMEBIO y ECOCERT, dos de los más importantes.
Tras conseguir un sello certificador, el paso natural de estas compañías es apostar por una propuesta ecológica en todas las partes del proceso de fabricación: un packaging adecuado, un envasado en recipiente reciclable y usar métodos de transporte sostenibles.
Por último, nos gustaría recordarles que el pasado febrero se publicó la ISO 16128-1, que ofrece definiciones técnicas para los productos e ingredientes naturales y orgánicos en cosmética y establece los criterios para clasificarlos. En GTF ya lo tenemos, así que no dude en consultarnos si necesita asesoramiento al respecto.
Crecemos en autocuidado
Existe entre la población un creciente interés -y preocupación- por la propia salud. De hecho, no hay más que mirar las cifras del sector del autocuidado para ver hasta qué punto se toma la gente en serio este cambio de estilo de vida. Desde practicar deporte o seguir una dieta equilibrada, pasando por un control de las sustancias que usamos en nuestra piel, los ciudadanos estamos cada día más alerta sobre cómo llevar un estilo de vida saludable. Y nosotros creemos que se trata de un cambio a mejor.